Visitas

lunes, 13 de febrero de 2012

Qué frío, cenizas

Cruza, con ímpetu de sobrevivencia,
El miedo en sus ojos, un efluvio de muerte.
Fugaz, me mira, ambos sabemos cómo acaba,
Son sus últimos instantes, paralizados, un reducto efímero,
Allí se pierde por un momento infinitamente eterno,
Todo él, un delgado hilo de existencia,
Tenso y al borde de su ruptura.
Tal como infinitas veces antes, llega
 Ineluctable, un golpe de muerte.
 —Animal necio—, piensan
—Raza maldita, ¡pendejos!—
Necio el hombre, rescoldo putrefacto,
Añorando las cenizas de un perro muerto.





Fuente (imágen): Louisa Giffard

No hay comentarios:

Publicar un comentario